El sol, fuente principal de vida, también puede resultar tremendamente perjudicial para el organismo humano, sobre todo, si se abusa de él. Nuestro cuerpo necesita recibir el sol para realizar la síntesis de la vitamina D, indispensable para evitar enfermedades como el raquitismo, pero en exceso, produce graves daños en la piel humana. Dos horas tumbados al sol significan diez o quince años más de envejecimiento en la piel, según algunos médicos.
La exposición continuada o exesiva al sol causa importantes concecuencias, como alteraciones en la piel, acelera el procedimiento de envejecimiento, a la vez que disminuye la capacidad del cutis para retener agua, y reduce la elasticidad y firmeza de la piel; pero el riesgo más grave que corremos al estar expuestos excesivamente al sol, es el de sufir un melanoma o cáncer de piel.